Consejos de calidad sobre cómo comunicarse durante tiempos estresantes

Publicado: 2018-02-26

Incluso en un buen día, comunicarse bien es uno de los desafíos diarios más difíciles de la vida, y es especialmente difícil hacerlo bajo presión. Afortunadamente, al aplicar algunos consejos prácticos, puede mejorar significativamente la forma en que habla con amigos, familiares, compañeros de trabajo y otras personas.

Concéntrese en su objetivo.

Por ejemplo, enfrentar más de un desafío a la vez puede ser abrumador. En lugar de tratar de abordar todo a la vez, concéntrese en uno o dos objetivos importantes por conversación. Los intercambios exitosos alentarán a otros a acercarse a usted y, con el tiempo, tendrá diálogos cada vez más productivos. Pero no son sólo otros temas los que pueden distraer. La ira, la frustración y la apatía pueden desviarlo de su objetivo principal si se lo permite.

Tomar una respiración profunda.

Probablemente hayas escuchado este consejo una docena de veces, pero funciona. Después de estudiar un grupo de nervios en el cerebro, el profesor de bioquímica Mark Krasnow concluyó que la respiración afecta la actividad cerebral general. Explicó: "Este enlace con el resto del cerebro significa que si podemos reducir la respiración, como podemos hacerlo mediante la respiración profunda o respiraciones lentas y controladas, la idea sería que estas neuronas no envíen señales al centro de excitación, y no hiperactives el cerebro. Así puedes calmar tu respiración y también calmar tu mente”.

Ríete primero y más fuerte.

Las investigaciones indican que la risa reduce la cantidad de hormonas del estrés en su cuerpo y aumenta los niveles de endorfinas, sustancias químicas que lo hacen sentir bien. Según Stress Management with Intelligence , los efectos de la risa son más que químicos: “La risa conecta a las personas y el apoyo social es bueno para aliviar el estrés”.

Hablar con alguien (más).

Sí, suena contradictorio, pero discutir sus problemas con una persona externa imparcial es útil por dos razones. En primer lugar, ventilar sus frustraciones puede aliviar la tensión y permitirle hablar con más calma la próxima vez que enfrente la situación. Además, su oyente puede tener algunos consejos relevantes.

Sin embargo, elige a tu confidente con cuidado. Evita a cualquiera que tenga reputación de chismoso. Si no puede pensar en nadie en su círculo social inmediato, busque un grupo de apoyo en línea.

Establezca un objetivo realista.

Si usted o la persona con la que está hablando están estresados, ajuste sus expectativas. El estrés no siempre es algo malo. Si está entusiasmado con algo, su cuerpo libera adrenalina y sustancias químicas que aumentan los sentidos y ayudan al cerebro a concentrarse, según HolisticOnline.com. Sin embargo, el sitio web dice que los efectos positivos son de corta duración: "A medida que pasa más y más tiempo bajo estrés, su capacidad de concentración disminuye". Por lo tanto, si tiene un plazo ajustado, puede impulsarlo a lograr más en una sola sesión. Por otro lado, si estás en una pelea continua con un colega, tu discusión puede terminar en un compromiso.

Escucha.

No se concentre tanto en tratar de transmitir su punto de vista que se olvide de escuchar. Es una habilidad para la vida, según SkillsYouNeed.com: “Escuchar es clave para toda comunicación efectiva. Sin la capacidad de escuchar con eficacia, los mensajes se malinterpretan fácilmente. Como resultado, la comunicación se interrumpe y el remitente del mensaje puede frustrarse o irritarse fácilmente”. ¿Cómo puedes mostrarle al hablante que estás prestando atención?

Practica un lenguaje corporal positivo.

Si tu cuerpo envía señales negativas, es posible que estés saboteando la conversación sin darte cuenta. Apartarte de alguien o cruzarte de brazos mientras habla puede transmitir que no estás abierto a la conversación.

Puede cambiar su postura con unos sencillos ajustes. Por ejemplo, inclínese ligeramente hacia el otro participante. Deje que sus brazos cuelguen a los costados o júntelos en su regazo. Haz un breve contacto visual durante el intercambio. Estas modificaciones menores envían el mensaje de que estás escuchando activamente, un factor que hará que tu interlocutor se sienta valorado y más abierto a lo que tienes que decir.

Sepa cuándo guardar silencio.

Un momento estresante puede no ser el momento ideal para plantear temas delicados. Puede decidir dejar el asunto por completo o esperar hasta un momento más oportuno. Si el problema es inevitable, tómese unos minutos para organizar sus pensamientos por escrito.

Escuchar, respirar y tomarse el tiempo para responder son solo algunas estrategias para ayudarlo a mantener la calma. Incluso si no está enfrentando una situación estresante ahora, tenga estos consejos a mano para ayudarlo a comunicarse en la vida cotidiana.